Charlar trae beneficios mentales
Para nadie es un secreto que conversar con un amigo
resulta ser, en muchas ocasiones, la mejor forma de encontrarle solución
a un problema.
Sin embargo, ¿alguna vez pensó que sostener esa
conversación amigable puede mejorar, aunque sea por un lapso pequeño,
sus habilidades mentales?
Así lo asegura el psicólogo
Óscar Ybarra, investigador de la Universidad de Michigan, Estados
Unidos, quien no solo demuestra en su última investigación que una
conversación amigable puede ayudar al cerebro a resolver problemas, sino
que concluye que, cuando la conversación no es cooperativa sino
competitiva, y cada persona solo desea imponer su punto de vista, la
interacción social no trae beneficio cognitivo alguno para las partes.
Para
llegar a sus conclusiones, Ybarra, junto con un grupo de colegas,
evaluó el impacto de breves conversaciones, de unos diez minutos de
duración, en el desempeño mental de 192 estudiantes universitarios.
Específicamente,
examinó el impacto de las charlas en la función ejecutiva de la mente,
que abarca tareas como la memoria operativa, la habilidad de suprimir
distracciones externas e internas con el fin de poder concentrarse en
una sola tarea, y el autocontrol.
Se trata de funciones valiosas a la hora de tratar de resolver los problemas cotidianos.
Se
enfocó en dicha función cerebral pues en investigaciones pasadas ya
había comprobado que el entablar una interacción social brinda un
estímulo, por un breve plazo, a la función ejecutiva mental.
El estímulo en cuestión resultó ser similar al que provee resolver juegos mentales como sudokus o crucigramas.
Ahora su meta era determinar si toda interacción social trae dicho beneficio a la función ejecutiva mental.
Sus hallazgos, publicados en la revista Social Psychological and Personality Science,
señalan que el beneficio cognitivo se da únicamente cuando las personas
muestran empatía e interés en lo que lo ocurre o piensa su
interlocutor.
Según Ybarra, el beneficio cognitivo
puede ser el resultado del esfuerzo mental que desarrolla la persona
al tratar de ‘leer’ la mente del otro e intentar ver las cosas desde la
perspectiva de él. Al parecer, ponerse en los zapatos del otro trae un
beneficio colateral: un ‘empujón’ a la función ejecutiva mental.
Si
bien la conversación amigable solo trae un beneficio para la tarea
ejecutiva del cerebro – el conocimiento de una persona o su capacidad de
razonamiento no se va a mejorar por una amable charla– el estudio sí
trae a colación la importancia de la inteligencia emocional en nuestra
vida personal y laboral.
Tener amigos y colegas
cerca, con quienes se pueda entablar una conversación amigable antes de
enfrentarse a una prueba académica o laboral –e incluso una reunión
donde el intercambio de las partes será más competitivo que cooperativo–
puede ayudarle a tener su mente preparada para resolver de mejor forma
el problema al que se enfrentará.
Recordad que podeis pedir a algún compañer@ del BdT acompañamiento con una buena charla. Animaos!!